Un nuevo tipo de aeronave.
La novedad absoluta reside en su apariencia y propulsión: despega y aterriza
verticalmente, sin hélices, alas ni empenaje, pero vuela como un avión.
El vuelo de una aeronave, desde la perspectiva materialista, se considera
una interacción con el aire atmosférico, de ahí su nombre. En realidad, el
aire y los gases atmosféricos son estructuras de propiedades vectoriales, y el
espacio vectorial, sus componentes. Por lo tanto, las aeronaves interactúan
con el espacio vectorial y sus componentes. Los objetos de la naturaleza son
estructuras compuestas por interacciones de propiedades vectoriales con el
espacio vectorial. Las interacciones de las propiedades vectoriales en la
fotosfera solar descomponen el hidrógeno en espacio vectorial (oscilaciones
máximas) y, a la inversa, lo recomponen con átomos de hidrógeno en el
espacio vectorial (oscilaciones mínimas), alternando cada 11 años.
El movimiento de las imágenes a color en la pantalla son interacciones de
propiedades vectoriales con el sentido de la vista, el pensamiento y el habla.
Volviendo a la nueva aeronave, la propulsión vertical y horizontal está
diseñada para interactuar con la densidad del espacio vectorial orientado.
Esta acción se produce gracias a la nueva estructura funcional del sistema de
propulsión. La nueva estructura consiste en un disco de chapa metálica
de 5 m de diámetro, que gira mediante un motor eléctrico. El motor también
puede actuar directamente sobre el contorno del disco. En cada mitad del
disco se presiona una pendiente con un ángulo de ataque de 7-8 grados
respecto al plano de rotación, específicamente adaptada a la interacción con
el espacio vectorial. Las dos pendientes se suceden de forma continua como
dos ondas, pero no son ni palas de hélice ni alas de avión. El hecho de que
el disco esté hecho de chapa metálica de gran diámetro requiere refuerzo.
Como se muestra en el dibujo, el disco está rodeado por una tira de 15,7 m
de la misma chapa metálica; el borde interior es recto y rodea el disco en el
plano de rotación, mientras que el otro borde sigue el borde ondulado del
disco. Un disco de doble cono está pegado al borde recto de la tira; el
segundo cono forma el punto de conexión del motor eléctrico mediante dos
bridas concéntricas. Dos brazos metálicos con bisagras, unidos a la
estructura de la aeronave, están fijados al motor. Las bisagras permiten que
el conjunto motor-disco se incline vertical u horizontalmente ±5 grados, lo
cual es necesario para el pilotaje. La rotación del disco orienta el espacio
vectorial paralelo en la dirección de rotación, generando así fuerzas
repulsivas que disminuyen la densidad de orientación del espacio y, por
consiguiente, el peso de la aeronave. La energía eléctrica necesaria para
alimentar los motores la produce un grupo electrógeno instalado en la
aeronave. Durante el aterrizaje, la aeronave se apoya sobre tres patas
deslizantes. La realización de la aeronave está condicionada a la
optimización, mediante ensayos, del rendimiento del disco propulsor.
La forma y las dimensiones de la aeronave se muestran en el dibujo.
Piloto.
Los propulsores verticales son fijos, sin bisagras, y su fuerza es crucial
durante el despegue, el aterrizaje y los giros horizontales cortos.
Los propulsores horizontales son cruciales para controlar la velocidad y la
orientación (ascenso, descenso, derecha e izquierda). El ascenso y el
descenso se logran inclinando verticalmente el propulsor central, y la
orientación (derecha e izquierda) inclinando horizontalmente los
propulsores laterales, tanto en ángulo como en intensidad.
Pilotar debe ser un placer. Si el fenómeno giroscópico se opone
a la inclinación del plano de rotación, se prescinde de las bisagras
y los propulsores verticales pueden realizar la función de pilotaje.
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