está en flagrante contradicción
con la concepción materialista.
Ejemplo.
La explosión interpretada materialistamente es un proceso físico-químico
de
combustión, con descomposición de las sustancias en compuestos
más simples,
en elementos químicos. Los elementos químicos están
compuestos a su vez
de protones, unidos entre sí por fuerzas fundamentales "fabricadas"
por los
científicos. La concepción materialista desconoce las fuerzas
que componen
o descomponen los elementos, la sustancia. En la interpretación
vectorial, la
materia, las sustancias de cualquier tipo son estructuras de las propiedades
vectoriales, la energía potencial. La energía potencial
son los circuitos
ortogonalmente cerrados del espacio vectorial y comprimidos
exponencialmente por sus fuerzas centrípetas: la estructura del
hidrógeno.
El hidrógeno, circuitos ortogonales con energía potencial
es una estructura
vectorial, con la mínima dimensión microscópica posible.
La dimensión
volumétrica se amplifica por la variación alternativa y
recíproca de circuitos
cerrados ortogonalmente, provocando oscilaciones del espacio vectorial.
Con el volumen amplificado, las estructuras de hidrógeno cierran
circuitos
vectoriales de conexión entre ellas y forman elementos, sustancia.
Sin amplificación, la sustancia tiene el estado potencial de la
energía de los
circuitos comprimidos, en equilibrio con el estado cinético de
la energía de
las fuerzas centrípetas. Al salir del equilibrio, activados desde
el exterior, los
circuitos comprimidos producen oscilaciones del espectro de frecuencias,
energía cinética. El espectro de frecuencias resuena en
cadena con las
estructuras de la sustancia y la energía potencial se convierte
en energía
cinética, oscilaciones propagadas radialmente en el espacio vectorial,
expansión de las oscilaciones: la explosión.
Oscilaciones del espacio vectorial.
Las oscilaciones son propias de cada medio: líquido, gaseoso y
espacio
vectorial. La especificidad de las oscilaciones consiste en la velocidad
de
interacción (propagación). Específicas del espacio
vectorial son la velocidad
de interacción, prácticamente instantánea, y la propiedad
vectorial de
ortogonalidad. Estas propiedades constituyen la formación de oscilaciones
en el espacio vectorial. La ortogonalidad forma las estructuras vectoriales
microscópicas, el hidrógeno. Las oscilaciones del hidrógeno
se inician por la
propagación curvilínea de las polaridades de enlace, que
cierran circuitos
con amplitudes consecutivamente mayores. Al cerrar el circuito, se producen
dos acciones simultáneas: la fuerza centrípeta y la polarización
en el espacio
vectorial de un nuevo circuito cerrado ortogonalmente. El nuevo circuito
reproduce con la misma amplitud, una serie de circuitos cerrados
ortogonalmente: las oscilaciones del espacio vectorial. La ortogonalidad
confiere a las oscilaciones una progresión helicoidal - lineal.
El espectro del
hidrógeno muestra cómo la amplitud, la longitud de onda,
depende en la
práctica de la longitud de la antena. La ortogonalidad forma estructuras
vectoriales microscópicas y estructuras vectoriales macroscópicas,
con
movimiento de vórtice. El movimiento de vórtice, común
a los medios
líquidos y gaseosos, demuestra que son estructuras constituidas
a partir de propiedades vectoriales, propias del espacio vectorial.
Resonancia.
En el espacio vectorial, las interacciones de las propiedades vectoriales,
la energía, componen circuitos vectoriales cerrados ortogonalmente.
Las fuerzas centrípetas de los circuitos ortogonales se comprimen
entre
sí y oscilan alternativamente. Las oscilaciones cesan en un límite
dimensional
característico, conservando el estado potencial de energía,
en el estado sólido microscópico - la estructura del hidrógeno.