Ley de Ohm
El espacio vectorial explica la naturaleza de las relaciones entre
la tensión, la corriente y la resistencia de un circuito eléctrico.
El nucleón, un átomo de hidrógeno, se compone de dos corrientes vectoriales que son idénticas y ortogonales.
De este modo, cualquiera de las dos corrientes puede ser eléctrica o magnética.
Estas corrientes tienen cada una sus propias polaridades vectoriales y presentan simetría ortogonal.
Cuando más átomos reúnen sus polaridades en serie de una de las dos corrientes,
se forma un potencial eléctrico con terminales positivos y negativos.
Las corrientes ortogonales restantes son ahora corrientes magnéticas - polaridades magnéticas.
Si conectamos los terminales del potencial con un conductor, el circuito estará cerrado.
Cuando se cierra un circuito, las dos corrientes, eléctrica y magnética,
están produciendo interacciones vectoriales centrípetas, tensión y corriente,
que se propaga en todo el circuito con la velocidad de la luz.
La propagación se produce simultáneamente desde ambos terminales, de más a menos y al revés.
La resistencia
El medio de propagación de una interacción centrípeta, son las polaridades de los átomos
con simetría ortogonal, dentro de la estructura de conductora - la conductividad
Los átomos sin simetría ortogonal, están desviando la dirección de propagación
de las corrientes magnética y eléctrica
y generan las corrientes de Foucault - resistividad.
El efecto térmico
Las interacciones centrípetas producen efectos térmicos
en los átomos con un déficit de simetría ortogonal dentro de la estructura del conductor.
En esta estructura, se producen avalanchas de interacciones centrípetas
al nivel atómico, que emiten radiaciones hasta transformaciones estatales (plasma).
Estos efectos se interpretan actualmente como fenómenos de "fricción y choques".
Es cierto que las interacciones mecánicas como la fricción, la flexión, el desgarro, etc. están produciendo interacciones vectoriales centrípetas a nivel del enlace atómico y emiten radiaciones.

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