Efecto invernadero
La Tierra es un planeta desprendido de la actividad solar, un vórtice
de plasma,
formado por circuitos vectoriales cerrados ortogonales, eléctricos
y magnéticos.
La estructura interna del vórtice, de la esfera de gas, al igual
que la del sol,
evolucionó formando la corteza con la biosfera y el clima actual.
El efecto
invernadero son oscilaciones vectoriales en el espacio vectorial atmosférico.
Las oscilaciones del espacio vectorial comprenden el espectro de frecuencias
emitidas por el sol. La sustancia de la Tierra incluye los espectros de
los
átomos del gas atmosférico y los espectros de los átomos
de la corteza
terrestre y de la superficie de los océanos. Los espectros interactúan
entre sí,
siendo oscilaciones de la misma naturaleza que el espacio vectorial.
Las frecuencias del espectro emitido por el sol resuenan con las frecuencias
del espectro atómico en el gas atmosférico y los átomos
se convierten en
fuente de emisión de su propio espectro, en gran medida un espectro
térmico.
Por tanto, la radiación solar no se refleja, sino que transmite
energía al
átomo y el átomo se convierte en un relevo, una fuente de
radiación.
Los mismos procesos producen las otras frecuencias de radiación
solar que
interactúan con los átomos de la corteza terrestre y la
superficie de los océanos.
El llamado efecto invernadero es la radiación de los espectros
térmicos del
gas atmosférico y de la superficie terrestre, a la que se suma
la superficie
de los bosques deforestados, en resonancia con la radiación solar.
Conozcamos nuestro Planeta.
Los fenómenos físicos microscópicos y macroscópicos
son los mismos.
Las fuerzas de las polaridades vectoriales de atracción y repulsión
son
unitarias, iguales, a nivel de fricción, a nivel atmosférico
y a nivel astronómico.
La diferencia es la intensidad de las interacciones, la densidad de energía:
"donde hay dos, la potencia aumenta". La gravedad, exclusivamente
fuerza
de atracción, es una interpretación errónea, siendo
una percepción
determinada desde dentro un fenómeno de dimensiones astronómicas.
Si la ley de la atracción universal fuera real, los planetas, el
universo, no
existirían, por falta de fuerza de repulsión, de separación,
de expansión.
La fuerza de atracción es propiedad de las polaridades vectoriales
de signos
opuestos. En circuitos vectoriales abiertos y cerrados, la atracción
acorta
la longitud del circuito, aumentando la intensidad, a la velocidad de
la luz.
La fuerza repulsiva es propiedad de polaridades vectoriales del mismo
signo.
La repulsión invierte los efectos producidos por la fuerza de atracción.
Estos hallazgos se refieren claramente al fenómeno del telescopio
óptico,
más allá de las características del dispositivo.
En el universo, las fuerzas de
atracción de los circuitos magnéticos inducen en la estructura
de los cuerpos
un potencial "electrostático" positivo, de millones de
voltios, llamado
potencial eléctrico radial - PER. En la estructura de los cuerpos,
el potencial
eléctrico radial, PER, es la causa de la fuerza vectorial de atracción
centrípeta,
como lo demuestra el experimento. Imaginemos, sin embargo, que otro
planeta con la misma polarización positiva se acerca a la Tierra.
¿Se atraen
o se repelen? El sol y la tierra se encontraban en este estado, siendo
la tierra
repelida por el poderoso PER solar. La Tierra no se perdió en el
espacio,
sino que fue apartada del camino por la fuerza de atracción centrípeta
del
magnetismo solar, en un afelio mayor que el PER solar. Desde entonces,
la Tierra oscila entre la fuerza repulsiva superior en el perhelio y la
fuerza
de atracción superior en el afelio. En el universo, los cuerpos
oscilan
en sus órbitas, entre fuerzas vectoriales de atracción astronómicas
(campos magnéticos) y fuerzas vectoriales de repulsión (PER).