Prioridad.
Ahora observo la lógica de la formación de estructuras vectoriales:
es improbable que haya comenzado con estructuras microscópicas,
formando nubes de hidrógeno, que darían forma a estructuras
vectoriales
electromagnéticas macroscópicas. El argumento radica en
las condiciones
del espacio vectorial, mucho más propicias para la orientación
macroscópica
en circuitos ortogonalmente cerrados que en las estructuras microscópicas.
Al ser asimétricas las estructuras vectoriales macroscópicas,
el espacio
vectorial de un circuito está completamente rodeado por el otro
circuito y se
denomina núcleo eléctrico, mientras que el espacio vectorial
orientado en el
otro circuito se denomina magnético. El circuito eléctrico,
el núcleo, rodea
y comprime la orientación de solo un segmento del circuito magnético,
formando el eje magnético. Las fuerzas repulsivas del espacio vectorial
sin
comprimir en el circuito magnético, más allá del
eje magnético, expanden
el tamaño del circuito, adoptando una forma lenticular alrededor
del eje
magnético. En esta configuración, la densidad del espacio
vectorial,
denominada campo magnético, forma un gradiente de densidad que
aumenta
exponencialmente hacia el núcleo. La densidad del espacio vectorial
orientado, que aumenta hacia el centro, pasa por una densidad que favorece
la formación de estructuras vectoriales microscópicas de
hidrógeno,
formando una capa de gas que recubre una esfera oscura, una estrella.
La alta densidad del espacio vectorial en los núcleos de hidrógeno,
como
muestra el dibujo, desciende hacia la densidad adecuada, produciendo una
lluvia de hidrógeno. Al alcanzar la densidad adecuada en la esfera
oscura,
los núcleos de hidrógeno oscilan, se descomponen en un espectro
de
frecuencias de baja densidad y el vapor de hidrógeno asciende hasta
la
densidad adecuada. En el caso del Sol, este ciclo se repite cada 11 años
y se
denomina actividad. El ciclo es simplemente una secuencia de la evolución
de la fotosfera y el Sol. En una época, en la atmósfera
solar, en su máxima
actividad, se reprodujeron estructuras vectoriales macroscópicas,
los
planetas, lo que condujo a la formación del sistema solar. De ello
se deduce
que los fenómenos naturales son secuencias de la densidad del espacio
vectorial orientado. Así, en la evolución de la Tierra,
se encontraron
secuencias de densidad del espacio vectorial orientado, adecuadas para
la
unión de las estructuras de hidrógeno, formando los elementos
de la tabla
periódica. La secuencia continuó con densidades adecuadas
para la
composición de las bioestructuras, el reino vegetal, y los parásitos
de las
hojas, de los cuales evolucionaron especies parásitas más
feroces, el reino
animal. La circulación de la densidad del agua en la naturaleza
imita
la circulación de la densidad del hidrógeno en la fotosfera
solar.