La memoria de la naturaleza.
El espacio vectorial, las propiedades de los vectores, resaltan la función de
memoria de la naturaleza: la génesis. Las interacciones de las propiedades
vectoriales, la energía, reproducen la misma estructura microscópica:
dos circuitos vectoriales cerrados ortogonalmente. La estructura fue
considerada como el átomo, la forma fundamental de la existencia.
La característica definitoria de los circuitos vectoriales microscópicos
ortogonalmente cerrados es su estado sólido, frío y oscuro y las alternancias
recíprocas entre sus fuerzas centrípetas, que se convierten en oscilaciones
del espacio vectorial, causadas por un estímulo. Las interacciones de las
propiedades vectoriales, la energía, se reproducen desde la misma memoria,
estructuras macroscópicas, circuitos vectoriales ortogonalmente cerrados,
a través de estructuras microscópicas, llamadas estrellas. Las fuerzas
centrípetas de los circuitos estelares (eléctricos y magnéticos) producen
polarizaciones vectoriales radiales (estáticas) del mismo signo.
La característica de las estrellas es la energía cinética, la luz generada en la
fotosfera. La densidad vectorial en la fotosfera reproduce estructuras
cromáticas microscópicas externamente, formando la cromosfera,
y descompone internamente las estructuras microscópicas en oscilaciones
vectoriales. La cromosfera, en la abundancia de estructuras microscópicas,
reproduce estructuras macroscópicas, las estrellas. Las estrellas
reproducidas son repelidas por las fuerzas de sus polarizaciones radiales,
formando familias llamadas sistemas: galáctico, estelar, planetario.
La causa de la expansión del universo.
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