La revelación
del espacio.
Tengo un sentimiento de gratitud, por no haber vivido en vano más
de 80
años, por haber dejado algo a las generaciones futuras: he identificado
el
espacio vectorial. El espacio es una categoría filosófica,
imposible de definir
para la concepción materialista. El espacio es la cantidad vectorial
y la
cantidad vectorial es el espacio, una unidad indisoluble: el espacio vectorial.
La interacción de las propiedades vectoriales, polaridades, fuerzas,
directividad, sentido y ortogonalidad es la energía que forma las
estructuras
llamadas materia. El espacio vectorial demuestra, pues, que es la forma
fundamental de la existencia de la naturaleza. La propiedad de la
ortogonalidad se conoce como regla de la mano derecha, regla del taladro,
etc.
La ortogonalidad es energía, son las interacciones de las propiedades
vectoriales, que forman un circuito cerrado con las polaridades del espacio
vectorial y simultáneamente alrededor de él, en el plano
ortogonal, otro
circuito vectorial cerrado. Las polaridades con atracción de los
dos bucles
contraen las dimensiones mediante fuerzas centrípetas y los circuitos
se
comprimen entre sí. Los circuitos ortogonales comprimidos a dimensiones
microscópicas, formaron así la estructura vectorial llamada
átomo de hidrógeno.
Los circuitos del átomo entran en oscilaciones y producen ese conocido
espectro de líneas, solo cuando son sometidos a estímulos
externos.
En diciembre de 2020, interpreté la estructura del sol, considerándola
una
estructura del espacio vectorial. La estructura obvia es el enorme campo
magnético. Considerando el campo magnético como un circuito
vectorial
cerrado, implícitamente, también existe un circuito vectorial
cerrado
ortogonal (circuito eléctrico). Los circuitos con sus fuerzas centrípetas
se
comprimen entre sí. El circuito vectorial (magnético) rodea
y comprime todo
el circuito vectorial ortogonal (eléctrico) y forma el núcleo
de la estructura.
El circuito vectorial, el núcleo, comprime del circuito ortogonal
(magnético),
solo el segmento que pasa por él y forma el eje magnético.
Funcionamiento de la estructura.
Los circuitos vectoriales abiertos paralelos y polares del eje magnético
se
repelen entre sí y polarizan el espacio vectorial en forma de curvas,
que
cierran circuitos en el ecuador. La fuerza centrípeta de los circuitos
cerrados
no se desplaza hacia el centro, forman y mantienen un espectro de la densidad
de orientación de los circuitos, aumentando exponencialmente hacia
el centro,
sobre el núcleo. La densidad de orientación se percibe como
presión, que en
realidad es la fuerza que comprime mutuamente la orientación de
las
polaridades en el circuito ortogonal opuesto. Estas fuerzas fueron
consideradas por Isaac Newton, fuerzas de atracción.
La enorme sorpresa para mí fueron las consecuencias que reveló
esta
estructura, al interpretarla simplemente como un espacio vectorial.
La alta densidad o presión en el núcleo excluye cualquier
oscilación,
dando el color negro al núcleo y la temperatura de cero Kelvin.