Reproducción por gemación.
La primera forma de gemación microscópica se da por las interacciones de
las propiedades vectoriales, la energía, los circuitos vectoriales ortogonalmente
cerrados y el hidrógeno. El hidrógeno compone estructuras macroscópicas
funcionales, seres existentes que se reproducen, cuya evolución se basa en
pulsaciones limitadas en el tiempo. Por lo tanto, las estructuras vectoriales
son seres con evolución selectiva hacia lo complejo. La reproducción por
gemación se conoce en animales microscópicos inferiores, que desarrollan
estructuras idénticas en sus cuerpos, que se autoalimentan y se desprenden
del cuerpo progenitor, volviéndose independientes. Menos conocida es la
reproducción por gemación de estructuras macroscópicas, como las
estrellas. Las estrellas son circuitos vectoriales ortogonalmente cerrados
(electromagnéticos), a través de las polaridades vectoriales del hidrógeno,
con forma esférica. La estrella es una estructura vectorial viva que produce
la energía necesaria para su funcionamiento, generando hidrógeno en la
fotosfera, mediante la conversión continua de energía potencial/cinética entre
los polos magnéticos y el ecuador. Las polaridades vectoriales en cada polo
se repelen, polarizando curvilíneamente el espacio vectorial, hasta que se
cierran en la periferia del sistema, produciendo fuerza centrípeta.
La actividad de la estrella, en la abundancia de gas hidrógeno en el ecuador,
cierra circuitos vectoriales macroscópicos, creando una nueva estrella,
idéntica a la estrella madre. La nueva estrella, también radialmente polarizada
electrostáticamente, es repelida a la órbita. Las estrellas reproducidas por
gemación son como estructuras microscópicas, pero estas estructuras
reproducidas siguen dependiendo de la estrella madre, formando
una familia denominada sistema galáctico, estelar o planetario.
Obviamente, las estrellas del sistema, a su vez, reproducen familias, sistemas.
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