El vuelo del avión.
Considerando que la forma fundamental de la existencia de la naturaleza
reside en la interacción de las propiedades vectoriales, es decir,
la energía,
la física vectorial difiere completamente de la física materialista.
Todas las
formas materiales son estructuras de interacciones vectoriales, es decir,
energía. Las fuerzas de atracción en circuitos vectoriales
ortogonalmente
cerrados (electromagnéticos) generan fuerzas centrípetas
y comprimen
mutuamente la densidad del espacio vectorial, convirtiéndose en
un punto
diminuto, sólido y frío, llamado hidrógeno. El hidrógeno
no es un átomo,
sino una estructura de espacio vectorial con una enorme densidad, llamada
presión. El hidrógeno es energía potencial, producida
por la densidad del
espacio vectorial y la ausencia de oscilaciones vectoriales. Por lo tanto,
el
hidrógeno es un espacio vectorial de alta densidad, integrado en
el espacio
vectorial mediante las extensiones de las polaridades vectoriales abiertas.
El espacio vectorial, con las extensiones de las polaridades abiertas
del
conjunto de estructuras de hidrógeno, forma circuitos vectoriales
macroscópicos ortogonalmente cerrados, llamados estrellas. Las
dimensiones de las estructuras vectoriales macroscópicas varían
según la
cantidad de hidrógeno en el espacio vectorial contenido en los
circuitos
ortogonales. Las fuerzas centrípetas vectoriales aumentan exponencialmente
la densidad del espacio vectorial y del hidrógeno contenido en
los circuitos
ortogonales hacia el centro. De esta manera, se forman capas concéntricas
de hidrógeno, cuya intensidad de reacciones depende de la densidad
del
espacio vectorial, como se observa en el caso del Sol. El fenómeno
principal
es la reproducción, en la actividad estelar, de circuitos vectoriales
macroscópicos cerrados ortogonalmente, formando sistemas planetarios,
estelares y galácticos. En el caso de los planetas, debido al pequeño
tamaño
de los circuitos vectoriales ortogonalmente cerrados, las reacciones del
hidrógeno en las capas concéntricas, dependiendo de la densidad,
se
produjeron predominantemente mediante sus enlaces vectoriales, formando
elementos. Debido a la abundancia de elementos, los planetas tienden a
una
estructura sólida y fría. Este es el caso del planeta Tierra,
cubierto por
océanos y continentes sólidos, con organismos vegetales
y animales.
Desde aquí, comprendemos la propiedad del espacio vectorial de
generar
estructuras vectoriales, desde simples hasta complejas, siendo estas últimas
aún desconocidas para la razón y el pensamiento. En conclusión,
podemos
comprender el freno que la concepción materialista supuso y supone
para el
conocimiento de la naturaleza. Ahora podemos hablar del vuelo del avión,
un artefacto artificial, como lo demuestra la realidad. La densidad del
espacio
vectorial en la atmósfera terrestre también se compone de
la densidad de
estructuras vectoriales: moléculas de nitrógeno, oxígeno,
carbono, etc.
Cada una de estas estructuras tiene polaridades vectoriales positivas
y
negativas abiertas en el espacio vectorial, lo que constituye su refuerzo,
como el hormigón armado. El movimiento rápido del avión,
también
formado por elementos, estructuras vectoriales, orienta las polaridades
vectoriales del espacio vectorial y de las estructuras que contiene, en
la
dirección y sentido del movimiento. Al ser paralelas las orientaciones
de las
polaridades vectoriales, sus fuerzas repulsivas actúan como soporte,
como
guía para el movimiento del avión. Estas mismas fuerzas
definen el
movimiento inercial y el movimiento rotacional del giroscopio.
Las fuerzas del vector de soporte son también las de las estructuras
vectoriales sólidas sobre las que el avión corre (pista)
o se estaciona.